La búsqueda de alternativas sostenibles para producir hidrógeno, uno de los vectores energéticos clave para la transición ecológica, avanza en Aragón con el proyecto Hi2BIO. Esta iniciativa investiga la obtención de hidrógeno verde a partir de aguas residuales industriales, integrando procesos biológicos innovadores que permiten aprovechar subproductos orgánicos.
Los primeros ensayos del proyecto han permitido identificar combinaciones de bacterias especialmente eficaces en este proceso, con Clostridium butyricum como una de las especies protagonistas. Además, otras bacterias de los géneros Clostridium, Bacillus, Pseudomonas o Rhodopseudomonas también participan en la producción de hidrógeno. Para estos análisis se han utilizado tres matrices diferentes: una mezcla de azúcares, residuos de la industria frutícola y efluentes procedentes de la industria láctea.
El proyecto cuenta con la participación de investigadores del Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2) —centro mixto Unizar-CITA— y del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A), en colaboración con la empresa Ingeniería de Obras Zaragoza.
Una apuesta por la economía circular
A diferencia de los métodos tradicionales, más costosos y dependientes de combustibles fósiles, Hi2BIO desarrolla un proceso biotecnológico que aprovecha residuos orgánicos como materia prima para generar hidrógeno. Este enfoque, alineado con los principios de la economía circular, no solo reduce el impacto ambiental, sino que también promueve el aprovechamiento de recursos de bajo valor económico.
Los resultados obtenidos hasta ahora son “muy alentadores”, según explican desde el equipo de investigación. La identificación de las especies bacterianas más eficientes abre nuevas vías para optimizar el proceso, adaptar la tecnología a diferentes residuos orgánicos y avanzar hacia su aplicación industrial.
Próximos pasos
El proyecto seguirá activo hasta finales de 2026. Actualmente, los investigadores trabajan en reactores piloto de 40 litros y diseñan nuevas instalaciones de 600 litros, con el objetivo de trasladar esta tecnología a escenarios industriales reales. El reto es escalar el proceso manteniendo la eficiencia y desarrollar un sistema adaptable a diferentes tipos de residuos.
Con este proyecto, el equipo busca contribuir a un modelo energético más limpio, eficiente y sostenible, en línea con los objetivos de descarbonización.