El Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) y el Gobierno de Aragón han puesto en marcha el proyecto «Fungiverso«, una iniciativa diseñada para garantizar que la actividad micológica se disfrute de una manera sostenible y responsable. El objetivo central es doble: asegurar la salud de los ecosistemas forestales y mantener la producción de setas a largo plazo en el medio rural.
A través de una campaña de divulgación, el CITA ha sintetizado las nueve buenas prácticas esenciales que todo recolector debe aplicar para contribuir a la conservación del monte:
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Conocimiento es seguridad: Es fundamental saber identificar las especies, evitando recolectar hongos potencialmente peligrosos o venenosos. Se recomienda iniciarse en esta actividad con guías expertos.
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Respeta la propiedad: Las setas tienen dueño. Se debe contar con los debidos permisos para recolectar y cumplir siempre con las normas de los cotos, administraciones o propietarios.
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Herramientas adecuadas: Se debe utilizar un recipiente aireado, como una cesta o una rejilla, para recolectar y limpiar las setas en el monte. Esto es vital para que las esporas se dispersen y se mantenga la salud del ecosistema.
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No destruir las setas: No se deben arrancar aquellas setas que no se van a consumir o las que estén muy maduras. Estos ejemplares son cruciales para la dispersión de esporas y la vida del bosque.
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Recolecta justa: Lleva solamente la cantidad que vayas a consumir, limpiándolas antes de abandonar el monte. Esto ayuda a evitar el desperdicio.
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Evita zonas de riesgo: No es recomendable recolectar en entornos urbanos, cerca de carreteras o en zonas contaminadas, ya que los hongos acumulan metales que pueden ser dañinos para la salud.
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Cuidado del entorno: Se pide a los aficionados cerrar los cercados, no tirar basura y mantener el estado de las estaciones y fincas con responsabilidad.
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Conservación: Dado que la vida útil de las setas frescas es muy baja, se aconseja refrigerarlas o congelarlas poco después de su recolección para mantener sus propiedades.
Con estas pautas, «Fungiverso» busca transformar la actividad micológica en un ejemplo de bioeconomía forestal, vinculando el ocio y la pasión por el monte con una conciencia ecológica que beneficie al desarrollo rural aragonés.